Por lo tanto, y tal y como indica la Organización Mundial de Salud, es necesario continuar profundizando en la temática para obtener la evidencia necesaria que demuestre como una mejora en las condiciones de la vivienda tiene una repercusión sobre la salud de las personas. Algunos aspectos que deben mejorarse de los estudios es que deben cubrir un marco temporal suficientemente largo para poder ver los posibles cambios en la salud de las personas, así como incluir viviendas o áreas con diferentes niveles socioeconómicos. A pesar de dichas limitaciones, existen algunos estudios que relacionan la mejora de la eficiencia energética de las viviendas con la mejora de la salud, en particular centrado en la problemática de las temperaturas frías.
Además, tampoco se han encontrado estudios en España que cuantifiquen económicamente el efecto de una mejora en la salud de las personas, asociado a una mejora en las condiciones ambientales de las viviendas.
¿QUÉ HA CAUSADO ESTE INTERÉS?
Existen numerosos estudios que establecen de forma clara cómo diferentes problemas o patologías de las viviendas pueden tener una influencia sobre la salud, llegando incluso a aumentar la mortalidad. Algunas de estas problemáticas están relacionadas con temperaturas frías en invierno, altas temperaturas en verano, problemas de humedades y hongos, bajos niveles de calidad del aire y altos niveles de ruido. Los estudios existentes demuestran que las viviendas que sufren alguna de las problemáticas citadas no son casos aislados, si no que pueden llegar a representar una fracción importante del stock de viviendas.
La situación actual en la que nos encontramos a nivel Europeo es realmente preocupante, alrededor del 15% de las viviendas tienen problemas de humedades, el 10% de hongos y el 22% padecen problemas de ruido. En relación a la calidad del aire, numerosas ciudades Europeas superan los límites de calidad del aire exterior, lo cual tiene una repercusión directa sobre la calidad del aire interior, además de los propios contaminantes interiores
¿Qué le pedimos a la vivienda? Que nos proteja de las situaciones climatológicas exteriores y que no aporte seguridad. Es en nuestra vivienda dónde nos tenemos que sentir más confortables. Los tres principales ejes serian:
Cuando uno de estos tres ejes, o los tres a la vez, nos falla o se debilita estaremos expuestos a una situación de vulnerabilidad.
El principal objetivo es poder llegar a conseguir estos niveles de confort con el mínimo de gasto energético posible. De esta forma estaremos optimizando nuestros recursos y minimizando nuestro impacto ambiental.
Las principales causas del disconfort térmico y también acústico:
Un estudio publicado en 2019 y desarrollado por investigadores del IREC (Instituto de Investigación en Energía de Cataluña) determinó los potenciales ahorros económicos en el sistema de salud que comportan las actuaciones de rehabilitación en viviendas vulnerables, y que afectan de manera positiva a la salud de sus ocupantes. Concretamente, los ahorros se traducen en una reducción del coste de atención sanitaria, gastos en medicinas y costes derivados de bajas laborales que se conseguirían gracias al impacto positivo de reducir un 15% el número de hogares con, al menos, una persona enferma.
El estudio de la IREC, publicado por la Fundación La Casa que Ahorra, analiza la relación entre salud y vivienda, destacando cómo las condiciones del hogar impactan directamente en el bienestar físico y mental. Factores como el aislamiento térmico, la calidad del aire, la humedad y la acústica son cruciales para prevenir enfermedades respiratorias, estrés y trastornos del sueño. El informe subraya la importancia de construir y rehabilitar viviendas con criterios de eficiencia energética y sostenibilidad, ya que esto no solo mejora el confort, sino que también reduce el gasto sanitario y fomenta una mejor calidad de vida.
La siguiente tabla,realizada por Joana Ortiz y Jaume Salom de IREC, muestra de forma genérica las principales causas y consecuencias existentes entre las condiciones ambientales de la vivienda y la salud de las personas.
Hay numerosos estudios que evidencian que vivir en condiciones no adecuadas tiene consecuencias directas sobre la salud de las personas. Los problemas cardiovasculares y respiratorios son los más habituales, y pueden estar ocasionados por vivir en condiciones de temperatura inadecuada (frio y/o calor), o por problemas de humedad y baja calidad del aire interior.