La certificación fue originada por los profesores Bo Adamson, de la Universidad Sueca de Lund, y Wolfgang Feist, del instituto Alemán de Edificación y Medio Ambiente, que en 1994 fundaría el Passivhaus Institut (PHI) en Alemania.
Este estándar no supone el uso de un tipo de producto, material o estilo arquitectónico específicos sino la optimización de los recursos existentes a través de técnicas pasivas.
Los cinco principios básicos son, aislamiento térmico, ausencia de puentes térmicos, ventanas y puertas de alta eficiencia, hermeticidad al aire y ventilación mecánica con recuperación de calor.